lunes, 27 de abril de 2015

LECHE DE AVENA

Cada vez pasan por Sabinares más personas que por intolerancia, elección ética o por salud no toman leche de vaca.
El tema del consumo de leche animal es complejo, pero algunas de las razones por las que nosotros no consumimos leche son:
  • La leche de vaca que normalmente se encuentra en el supermercado no es fresca, ha pasado por procesos que la hacen un alimento en el mejor de los casos, pobre.
  • Las vacas de explotaciones intensivas comen mal, toman hormonas y antibióticos.
  • Estas vacas se pasan la vida pariendo. Se les separa del ternero a las pocas horas, y se les vuelve a inseminar artificialmente antes de que pierdan la leche.
  • Se envían al matadero a los 5 ó 6 años, cuando la producción de leche ya no es rentable. Estos animales podrían vivir más allá de los 20.
  • Beber leche provoca mucosidad y aumenta los problemas respiratorios.
  • También está asociada con enfermedades, como la diabetes de tipo 1.
  • El mito de que la leche es la mejor fuente de calcio es solo un mito. La col, la espinaca y el brócoli son alimentos mucho más ricos en calcio, y además mucho más asimilable.

Algunos links con más información:


Al eliminar la leche de la alimentación, muchos sentimos la necesidad de encontrar un sustituto, tanto para tomar solo, con el café, o para cocinar. Actualmente hay muchas leches y natas vegetales a la venta, pero vamos a explicar cómo hacer leche de avena en casa. Es muy sencillo, sale rica y se puede hacer al propio gusto.

La avena además es un ingrediente especial por su aporte en vitaminas (E, B6 y B5); tiene hidratos de carbono de absorción lenta, lo que mantiene la sensación de saciedad durante más tiempo y ayuda a controlar el nivel de glicemia. Contiene también betaglucanos, que ayudan a regular el colesterol.

Para hacer leche de avena solo se necesita agua, avena en copos (mucho mejor si biológica) y sal.


La noche anterior, se deja en remojo la avena en agua fría. La proporción que usamos es de 2 medidas de avena con 7  medidas de agua, usando una tacita de café como medida:



Se le echa una pizquita de sal, eso evita que la leche coja una textura gelatinosa.

Tiene que estar unas 8 horas en remojo. Puede estar más, pero si el día es caluroso mejor ponerlo en la nevera para que no fermente.

Después del remojo, se bate todo durante un par de minutos. Si se quiere, es el momento de añadir otros ingredientes. Pueden ser endulzantes como stevia, melaza, miel... o bien especias como vainilla o canela. 

Lo siguiente es filtrarlo con un colador para que la leche se quede limpia, sin muchos posos.


Hay que presionar bien con una cuchara para que se escurra el líquido.


Los residuos que quedan se pueden emplear para bizcochos, galletas o albóndigas vegetales, tienen una textura buenísima.

Esta leche se guarda en la nevera. Antes de consumirla, hay que agitarla porque tiende a separarse la parte sólida (por eso, mejor guardarla en una botella que en jarra). Aguanta hasta 1 semana (más no sabemos, porque no llega nunca…)

Solo hay que tener en cuenta que al hervir, esta leche cambia mucho su textura. No sale bien en puré, mientras que en las cremas de verdura es muy agradable.

Hay muchos más tipos de leches vegetales y cada una tiene propiedades, sabores y usos diferentes. Se puede hacer leche con soja, arroz, almendras, sésamo… Al eliminar la leche animal de la dieta, en realidad amplía muchísimo el abanico de posibilidades!

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